Este refrán trata de Imbolc o día de Santa Brígida, una fiesta gaélica que marca el principio de la primavera el 1.o de febrero. En Escocia, Santa Brígida es la patrona de las serpientes. Su fiesta se relaciona con la adivinación del tiempo. La práctica era de ver si las serpientes o los tejones salían de sus agujeros o madrigueras en aquel día como predicción de si el invierno duraría mucho más o no. Esto puede también ser el origen del día de la marmota (Groundhog Day en inglés) el 2 de febrero: la tradición es pronosticar el tiempo según el comportamiento de las marmotas.